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POLÍTICOS Y GRANDES OBRAS DE INFRAESTRUCTURAS

Nuestro país ha sido una muestra de la capacidad de los políticos por convencer a los ciudadanos sobre necesidades inexistentes como de crear expectativas entre la población realmente alejadas de la realidad.

Estos días está siendo debatido de nuevo, el proyecto presentado por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para la instalación en la parte baja de la ciudad de la denominada MetroGuagua. Se trata de un sistema de transporte de alta capacidad consistente en la utilización de guaguas articuladas de gran tamaño que circulan por una plataforma reservada en la mayor parte de su trayecto, es decir, separada del resto del tráfico existente en superficie.

Desde la Federación de Importadores nunca ha existido el menor obstáculo al desarrollo del transporte público, todo lo contrario, como tampoco la oposición radical a que se planteen inversiones como la propuesta de la Metroguagua. El sector lo que considera es que estas decisiones tienen que ser profundamente meditadas y objetivamente analizadas  tratando de evitar con estas grandes inversiones, disponer por ejemplo  de carreteras infrautilizadas o de trenes vacíos o aeropuertos sin aviones. Los costes de estas obras tienen que estar por encima de las meras valoraciones políticas, muchas veces con opiniones sesgadas o partidistas y casi siempre alejadas de la realidad. El vídeo que adjuntamos a esta noticia es un ejemplo claro del peligro que tienen muchas veces las opiniones políticas. Frente a la oposición radical al proyecto cuando era otro partido quien gobernaba, el cambio de tornas y los grandes importes económicos hacen cambiar la opinión del alcalde capitalino sobre un mismo proyecto que además requiere aun mayor importe de financiación. Se escandaliza por un proyecto con un coste de 70 millones de euros, pero ya en el poder destaca que luchará por conseguir los 100 millones necesarios para su puesta en marcha. A día de hoy, el coste se ha elevado ya a 125 millones de euros.

Este proyecto requería informes objetivos, participación ciudadana, fijación de prioridades como justificación económica y social del proyecto.

Sí a la mejora del transporte público, pero no a cualquier propuesta de mejora e inversión, sino a aquella que sean viable y cumpla los mencionados requisitos de necesidad, ajuste económico y sentido social.