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La paradoja del coche eléctrico en Canarias. (Publicación La Provincia)

 

Debido a su interés, publicamos el artículo de la Provincia de Néstos Santana, publicado en este diario el pasado día 27 de enero de 2024. En este interesante informe sobre la situación de vehículo eléctrico con relación a la infraestructura de recarga, participó el vicepresidente de FREDICA, Rafael Pombriego.

 

La paradoja del coche eléctrico en Canarias

 

La obligación en las Islas de quemar fuel para generar electricidad compromete los objetivos europeos de emisiones y la renovación ‘verde’ del parque móvil

Néstor Santana | @nestorsantanag

Las Palmas de Gran Canaria | 27·01·24 | 17:45 | Actualizado a las 08:06

 

La transición ecológica del parque móvil del Archipiélago, más que a la velocidad de un Ferrari, va a paso de tortuga. Por las carreteras isleñas circulan 1,8 millones de vehículos de todo tipo, pero solo 11.672 son 100% eléctricos, según el Istac. Un escaso 6% del total que queda a kilómetros vista de la estrategia que el Gobierno de Canarias fijó en 2019, donde dispuso que al comienzo de este año debían ser ecológicos 73.409. Para cumplir el objetivo europeo de reducir un 55% las emisiones de CO2 de aquí a 2030, es clave aumentar la venta de estos coches y aparcar en el desguace los impulsados por gasolina o diesel, que actualmente son mayoría, aunque el mix energético canario, intensivo en combustión fósil, no lo pone fácil. Con este panorama, ¿es factible pasarse al vehículo enchufable en el Archipiélago? ¿Son tan 'verdes' como parecen?

 

Los conductores que rechazan adquirir un automóvil de este tipo, y los que están pensando si hacerse con uno, sufren la llamada ansiedad de autonomía, que es el miedo a quedar sin carga en medio del trayecto. Para atajar el problema, los expertos señalan que es esencial la instalación de puntos de carga rápida, de 150 kilovatios (kw) en adelante, que tanto en España como en Canarias son anecdóticos.

 

no contaminación

 

Según los datos de la Red Transeuropea de Transportes de la Comisión Europea, en todo el país son un 6% de la red total, y en las Islas apenas el 3%. Si el vehículo queda a cero, rellenar el tanque con esa potencia supone un tiempo máximo de media hora, en cambio, los que están por debajo de 50 kw, y que representan el 90% del sistema canario, pueden tardar desde 80 minutos hasta 19 horas.

 

A superar esta barrera mental, que impide acelerar la movilidad sostenible, tampoco ayuda que no exista un recuento oficial de enchufes de acceso público. El Ministerio para la Transición Ecológica posee una base de datos para las gasolineras, pero no cuenta con uno para sus homólogas eléctricas, conocidas como electrolineras. Y los registros alternativos para conocer la densidad que hay de estas en la autonomía no acaban de ponerse de acuerdo.

 

Solo el 3% de los puntos de carga en el Archipiélago son de potencia rápida superior a 150 kw

 

La Comisión Europea contabiliza 193, pero no incluye los ocho puntos de El Hierro o los doce nuevos que El Cabildo de La Gomera ha puesto en marcha; la aplicación Electromaps registra 646; y la patronal más de 1.000. En cualquier caso, todo este baile de cifras está muy lejos de acercarse a la proyección del Ejecutivo isleño capitaneado por el anterior presidente del Gobierno, Ángel Víctor Torres, de 81.334 electrolineras al cierre de 2023. La consejería actual de Transición Ecológica, de la que dependen estas cuestiones, no ha dado información sobre si este plan ha cambiado, en especial tras la activación de la crisis energética en las Islas.

 

A pesar de que las expectativas en materia de infraestructura y ventas no se hayan hecho realidad, el director de Comunicación de la Federación de Asociaciones de Concesionarios de Automoción (Faconauto), Raúl Morales, apunta que adquirir un coche ecológico en las Islas tiene «todo el sentido», ya que el rango de kilómetros diarios de rodaje, al ser un territorio finito, es compatible con el tiempo que duran las baterías sin descargarse. «Mi coche tiene 220 kilómetros de autonomía, con eso se puede dar la vuelta entera a Gran Canaria, y es un modelo antiguo, imagínese con uno de los actuales, que duran hasta 600 kilómetros, lo que se puede recorrer», asegura el delegado en Las Palmas de la Asociación del Vehículo Eléctrico, Carmelo Santana.

 

Mientras, el vicepresidente ejecutivo de la Federación Regional de Empresas Distribuidoras e Importadoras Canarias de Automóviles (Fredica), Rafael Pombriego, es más cauteloso. Subraya que el mercado de los electrificados es la «pescadilla que se muerde la cola», porque para que crezca el parque, primero deben abrirse nuevos puntos de enchufe, pero para que eso suceda, sobre todo por iniciativa privada, primero deben aumentar las adquisiciones, explica el representante de la patronal. En definitiva, una espirar de incertidumbre en la que ninguna de las partes quiere arriesgar.

 

El 60% de los coches duermen en la calle

 

No es para menos, el 60% de los vehículos matriculados en Canarias duerme en la calle, según Fredica, por lo que la mayoría de los usuarios no tienen a su disposición un garaje en el que cargar la batería al acabar la jornada, que es el escenario ideal. ¿Qué pasaría si ahora mismo ese 60% del parque fuera eléctrico?

 

Colas para lograr un espacio donde cargar la batería, más cuando la mayoría de puntos en la vía pública son de 22 kw, lo que implica mayor inversión de tiempo, y menos atractivo para los conductores.

 

Estas retenciones a pie de cargador serían en el caso de que todos los turismos necesitasen una recarga completa, pero con uno verde de nueva generación, y según el informe del Gobierno canario, «si diariamente se recorren 50 km de media, el consumo diario de energía eléctrica debido a movilidad ascendería a 7,42 kwh/día».

 

Es decir, con puntos de carga de 22 kw, recuperar lo perdido en esas 24 horas solo supondría 20 minutos, y nueve en uno de 50 kw, por lo que tiene lógica que el 90% en el Archipiélago sean de carga lenta. Sin embargo, la Unión Europea (UE) piensa diferente.

 

Los 27 miembros de la UE han aprobado que para 2025 debe haber al menos un punto de carga de 150 kw cada 60 kilómetros en las principales vías de la Red Transeuropea de Transportes, con el fin de reducir la ansiedad de los conductores y el tiempo de recarga.

 

Las autopistas isleñas GC-1 y TF-1 están incluidas dentro de este circuito básico para la movilidad dentro de la Unión, pero en estos momentos, según los datos de la Comisión Europea, no cumplen la norma.

 

En Gran Canaria, los 61 kilómetros que hay entre La Isleta y Arguineguín –que son los que la UE considera prioritarios– solo necesitan un enchufe de este tipo en cada extremo del recorrido, pero los cuatro instalados están concentrados en los primeros 36 kilómetros, entre la capital y el Polígono de Arinaga, lo que deja desconectado de carga rápida al resto del trayecto. La situación es peor en Tenerife, desde Santa Cruz a Los Cristianos hay 74 kilómetros, y un único enchufe con esta potencia.

 

Esta nueva exigencia viene ligada al gran cambio que se avecina en 2035, cuando se prohibirá en todo el continente la venta de vehículos que no sean ecológicos. Aunque el catedrático en Ingeniería de Sistemas y Automatismos y profesor en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Agustín de la Nuez, lo considera «absurdo». Argumenta que las materias primas disponibles no son suficientes para fabricar tal cantidad de baterías, por lo que es imposible renovar con electrificados el parque móvil canario y europeo. Además, señala que no se está teniendo en cuenta a la realidad energética del Archipiélago en estas estrategias.

 

Un estudio señala que El Hierro es la única isla en la que es sostenible el coche eléctrico.

 

Y es que como los sistemas eléctricos de las islas están conformados por un mix en el que predominan los combustibles fósiles, el investigador enfatiza que contamina menos echar gasolina o gasoil que enchufar uno ecológico. Fue la conclusión del estudio Una evaluación comparativa de las emisiones de CO2 entre vehículos de combustión interna y eléctricos en pequeños sistemas eléctricos aislados - Estudio de caso de las Islas Canarias, que publicó en 2022 junto a Alejandro Ruiz y Javier Osorio.

 

Descubrieron que El Hierro es la única en la que resulta más favorable para el medio ambiente utilizar un automóvil verde, ya que emite un 12,7% menos de CO2 que uno de combustión interna.

 

Esto se debe a que el 51,6% de la energía que produce la isla del meridiano es limpia, un porcentaje muy superior al resto. En Gran Canaria y Lanzarote es similar el coste para el entorno arrancar uno u otro. En contraste, las islas en las que más CO2 produce un electrificado son Tenerife, La Palma, y sobre todo Fuerteventura y La Gomera.

 

En estas dos últimas las emisiones son un 14% superiores a las de turismos de gasoil o gasolina, señala el análisis.

 

La insularidad provoca que cada parte del Archipiélago cuente con una casuística diferente. Entonces, ¿se pueden cruzar las ocho peñas en un coche 100% eléctrico? La respuesta es sí, pero con planificación previa, y sin la pretensión de contaminar menos. Gran Canaria es la que mejores prestaciones ofrece, asegura Carmelo Santana. La distancia entre puntos de recarga no pasa de 40 kilómetros, y demás, cuenta con uno de los más rápidos de España en el Gran Canaria Arena. Es de 360 kw y permite alcanzar 200 kilómetros de autonomía en ocho minutos.

 

Si se coge un ferry del Puerto de La Luz rumbo a Fuerteventura, y el desembarco es en Morro Jable, hay que saber que en los 120 kilómetros que discurren hasta Corralejo por la FTV-2 solo hay un cargador rápido a mitad de camino, en la urbanización El Descanso, casi llegando a Caleta de Fuste, el resto son de 22 kw o de 50kw. Santana recomienda alojarse cerca de puntos de recarga, para cargar el automóvil durante la noche.

 

Cruzar el Archipiélago

 

En Lanzarote, los enchufes se concentran en los alrededores de la LZ-1 entre Playa Blanca y Arrecife, ninguno de carga rápida. Una vez se pasa la capital con el objetivo de llegar a Órzola, solo hay un punto más en Arrieta. Es mejor parar a repostar antes de comenzar la vuelta a la isla, porque en localidades como Tinajo, Yaiza, Haría o Teguise no existe ninguno de acceso público, según la Comisión Europea. A La Graciosa no se puede arribar con vehículo, pero si se hace, mejor que no sea ecológico, porque no hay puntos de recarga.

 

En la misma línea se encuentra Tenerife, donde las electrolineras se encuentran concentradas en Santa Cruz de Tenerife, La Laguna y las zonas costeras cercanas a la TF-1 y la TF-5, aunque cuenta con vacíos en algunos tramos de ambas vías. Por ejemplo, entre el Polígono Industrial del Valle de Güímar y el Polígono Industrial de Granadilla, hay 43 kilómetros de distancia sin posibilidad de recarga. Tampoco hay entre Puerto de Santiago y Puerto de La Cruz, con 58 kilómetros de distancia, al igual que en el interior de la isla, según la Comisión. Por tanto, antes de subir al Teide, se recomienda revisar la batería.

 

 

La Gomera, al igual que Gran Canaria, posee una red potente en comparación con el resto. Sus 22 puntos de recargas están bien repartidos por toda la geografía insular, y seis de ellos se alimentan de placas solares. Por último, tanto en El Hierro como en La Palma los puntos de recarga se aglutinan en los lugares más poblados, lo que deja fuera a las principales carreteras. En la isla del meridiano, por su pequeño tamaño, quizás no genera tanta angustia por autonomía, pero en La Palma puede ser que sí. En ambas todos los puntos son de carga lenta, por lo que, en caso de que la aguja marque cero, se pide al conductor paciencia.

 

¿Cuánto cuesta recargar un vehículo eléctrico?

 

Pues depende. En El Hierro, los siete que son propiedad de Gorona del Viento son gratuitos. «Los paga la empresa con la responsabilidad corporativa», indican desde la oficina de Comunicación. Ocurre lo mismo en los 22 puntos ofrecidos por el Cabildo de La Gomera, donde no es necesario un desembolso económico. En cambio, en los 47 que gestiona la corporación grancanaria, la tarifa es 25 céntimos por kilovatio –seis euros por 200 kilómetros de autonomía–. «No podemos hacer competencia desleal a las compañías privadas, es una cuestión de eficiencia, de recibir un cierto retorno. No se puede regalar la energía», remarca el consejero de Medio Ambiente, Clima, Energía y Conocimiento grancanario, Raúl Brink, para justificar la tasa. Aun así, es menos que los 52 céntimos por kilovatio –12 euros por 200 kilómetros– que cuesta de media el servicio en una gasolinera convencional.

 

¿Qué alternativas existen a los electrificados de cara a un futuro verde?

 

 

De cara a un futuro verde, y viendo que las energías limpias todavía tardarán en superar el 50% del mix energético en la mayoría de las islas, el catedrático Ignacio de la Nuez opta por electrificar tanto guaguas como taxis para reducir la contaminación del aire en las ciudades. «Lo que tenemos que entender es que el uso del transporte público va a crecer de forma desmesurada porque el vehículo será un artículo de lujo», remarca el investigador. En el caso del automóvil privado, el profesor de la ULPG apuesta por diversificar la oferta, con los movidos por gasolina sintética y los híbridos.